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¿Por qué deberíamos ducharnos con agua fría?

Photo by Belen Hostalet

Un nuevo hábito que he implementado este 2020 son las duchas frías. Quienes me conocen saben mi “aversión” al frío, pero lo que empezó como un experimento ha resultado ser uno de los mejores hábitos para mi salud física y mental.

Si es tu primera vez, empieza poco a poco, bajando la temperatura del agua gradualmente. Al inicio, 30 segundos pueden ser suficientes y, poco a poco, puedes ir incrementando a 60 segundos, 90 segundos…o hasta 5 minutos.

Además de ser el mejor activador por las mañanas y un gran sustituto del café, los beneficios de las duchas frías (o bañeras para los más atrevidos) son múltiples:

  • Mejora la circulación linfática, una red de vasos que circulan por todo el cuerpo que eliminan desechos, bacterias y microbios de las células. Cuando el sistema linfático se vuelve lento o ineficiente, las toxinas se acumulan en el cuerpo, pudiendo causar resfriados, dolor en las articulaciones, infecciones e incluso enfermedades. Un chute de agua fría es un gran aliado para estimular el sistema linfático y potenciar la eliminación de toxinas.

  • Mejora el sistema cardiovascular ya que el frío activa una mayor circulación de sangre que corre por los órganos y tejidos del cuerpo. Una pobre circulación cardiovascular compromete el flujo de sangre y estresa el corazón, lo que puede causar problemas de salud como la fatiga, el dolor de cabeza, o la alta presión arterial.

  • Sube el estado de ánimo. Un estudio realizado en 2007 demostró que las duchas frías son efectivas para el tratamiento de síntomas depresivos debido a la estimulación del sistema dopaminérgico, un neurotransmisor que eleva nuestro estado de animo. Múltiples estudios han replicado este efecto antidepresivo tras la exposición diaria a agua fría durante 2-3 minutos.

  • Aumenta la vitalidad y lucidez mental, manteniéndonos activos física y mentalmente.

  • Refuerza el sistema inmunológico. Estudios científicos han demostrado que las duchas frías aumentan la cantidad de células blancas en el cuerpo, disminuyendo nuestra propensión a enfermedades. En un estudio publicado en 2016 en la revista científica Plus One, se encontró que a partir de 40 segundos, el agua fría tiene efectos estimulantes en el sistema inmune, probablemente debido al incremento de norepinefrina.

  • Además de acelerar el metabolismo, el agua fría activa lo que se conoce como “grasa marrón” para darnos calor, la cual tiene una incidencia directa sobre la combustión de grasa blanca que se acumula sobre todo en las caderas y en el abdomen.

  • Mejora el afrontamiento al estrés ya que la exposición repetida de agua fría ayuda que el cuerpo se vuelva más eficiente a la hora de lidiar con los efectos que produce el estrés.

  • Recuperación muscular tras el ejercicio intenso, ya que al acelerar la circulación sanguínea para calentar el cuerpo también se acelera el suministro de aminoácidos.

  • Beneficia la calidad del sueño ya que después de un un periodo corto de “estrés” causado por el agua fría, tu cuerpo y mente se relajan para conseguir un sueño reparador. Pero ojo, hazlo por lo menos una hora antes de dormir ya que a corto plazo provoca que nos despejemos, pero al cabo de poco tiempo causará una mayor relajación de cuerpo y, por lo tanto, una mejor conciliación de sueño.