Gandhi es un 1; Johnny Depp, un 4; Charles Darwin, un 5; Tom Hanks, un 7; Picasso, un 8. Estas cifras reflejan un sistema de clasificación de personalidad denominado “Eneagrama de la Personalidad” que ya emplean los directivos de la CIA, de Microsoft o de Sony, entre otros. De todas formas, su uso va más allá del ámbito empresarial ya que tiene un gran valor a nivel individual cuando se emplea como herramienta de autoconocimiento y superación personal.
Este sistema describe nueve tipos de personalidades arquetípicas, con distintos patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento. Cada estilo de personalidad tiene una forma distinta de percibir la realidad, y en ningún caso percibimos la realidad tal cual es ya que nuestro condicionamiento desde la niñez nos lleva a tener distintas percepciones de ésta.
Esta herramienta psicológica nos ayuda a dar respuesta a preguntas como: ¿Quién soy yo realmente? ¿Qué me lleva a actuar de cierta forma? ¿Cómo percibo la realidad? ¿Cuáles son los condicionantes inconscientes que guían mi conducta? ¿Por qué me suelo tropezar con la misma piedra una y otra vez? ¿Cómo puedo modificar aspectos de mi forma de pensar, sentir y actuar para tener mayor bienestar? ¿Cómo puedo favorecer la relación con los demás y con mi entorno?
Aunque cualquier clasificación de personalidad puede criticarse como reduccionista sobre la condición humana y su conducta, ser consciente de la tendencia de tu comportamiento permite ampliar el repertorio de interacción con uno mismo y los demás, además de permitirte potenciar tus fortalezas y trabajar tus limitaciones.
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A continuación se muestran los nueve estilos de personalidad como nueve formas de ver la vida, con distintos valores y estilos de comunicación, y diferentes modos de resolver problemas.
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